- En la década de los 70 la activista Kate Millet concibió el término sisterhood para promover el feminismo. Las feministas francesas tradujeron la palabra al francés: sororité. El acto de la sororidad ha estado presente todo el tiempo en las mujeres.
¿Qué es sorosidad? La sororidad es arma, es hermandad entre mujeres, es quitarle el poder al otro, es el estandarte del feminismo de nuestros días. Es una palabra que paso a paso va ganando terreno en nuestros andares cotidianos, de manera vivencial sin siquiera saber el proceso que estamos teniendo o bien de manera política. Es la expresión que reivindica con esperanza el presente y el futuro de las mujeres
¿Cuántas veces no has oído que el peor enemigo de la mujer es otra mujer? Claro, hombres y mujeres lo han repetido hasta el cansancio. Pero ¿es verdad? ¿No será acaso que este sistema patriarcal en el que vivimos ha reproducido lo que quiere que creamos, hagamos y seamos?
Es verdad que el machismo no sólo atraviesa a los hombres, también a nosotras como mujeres. Sin embargo, con consciencia, puedo enumerar con una mano las veces en las que mujeres me ha hecho daño, en comparación con la cantidad indefinida de hombres que también lo han hecho de manera directa e indirecta. Y no, no es justificación, entre nosotras no deberíamos dañarnos, tampoco deberíamos callarnos y sí enunciar las violencias que aún existen entre nosotras. Visibilizarlas para cambiarlas por sororidad.
La sorodidad en nuestra vidas
¿Qué mujer no ha actuado de manera errónea con otra mujer? Quizá no exista un caso, sin embargo, ¿qué hacer para cambiar el chip y vivir la sororidad? Seguramente antes de conocer la palabra ayudaste a una mujer vulnerada, aconsejaste las veces que fueran necesarias a una amiga para que dejara una relación codependiente, te alegraste de que una mujer se titulara, encontrara un trabajo o se posicionara como jefa en alguna empresa. ¿Cuántas veces no le dijiste sus verdades y denunciaste al machista que acosó a una mujer en el metro? ¿Dejarías que a otra mujer la violentaran?
Es decir, la sororidad ha estado presente en todos los momentos de nuestra vida. En mi caso, desde que entré a la primaria y mi madre me aconsejó sabiamente: “hija no dejes que nadie te toque, defiéndete, no me importa que la maestra me mande llamar”. También cuando una señora en la calle mientras caminaba me alcanzó para decirme que un sujeto me iba tomando fotos; cuando en el CCH Vallejo, la profesora Cristina Caramon Arana, del Taller de Lectura y Redacción, nos habló de la importancia de la mujer en la historia y nos mostró quién era Rosario Castellanos; cuando en la Universidad, profesoras me dieron la mano y entendieron mi proceso de liberación de violencia; cuando mi terapeuta me escuchó pacientemente, me entendió y luchó conmigo para lograr la sanación y reconstrucción de mi misma; cuando dejé de sentirme sola en la lucha, pues encontré a la marea violeta, que antes del #24A, estaba dispersa; sororidad es que mis amigas me acompañan a pesar de quien fui y de quien soy ahora, es estar pendientes unas de otras.
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¿Qué es sororidad?
Durante la década de los 70 la escritora y activista estadounidense Kate Millet concibió el término sisterhood —fraternidad de mujeres— para promover el feminismo. Al mismo tiempo las feministas francesas de la época tradujeron la palabra al francés: sororité.
Así que, en efecto, la sororidad, que viene del latín soror que significa hermana, no sólo se da entre quien se asume o no feminista. Aunque antes no resonara la palabra sororidad —que no está incluida en al RAE, aunque sí en su Diccionario de Americanismos—, el acto ha estado presente todo el tiempo. Incluso la rapera mexicana Audry Funk habla sobre el significado de este concepto en su canción Sororidad.
La sororidad es un proceso de deconstrucción en el que día a día vamos derribando esos platillos de machismo que nos hicieron tragar los medios de comunicación, los libros, las obras de teatro, las canciones y las historias de amor romántico.
Ellas son un ejemplo de sororidad
Sororidad es Irinea Buendía, madre de Mariana Lima Buendía, víctima de feminicidio a manos de Julio César Hernández Ballinas, quien ha luchado desde el día en que por teléfono recibió la noticia de que su hija ya no estaba más en este mundo, supuestamente a causa de un suicidio. Emprendió el camino de lucha hasta que el caso de su hija plagado de impunidad y corrupción logró tipificarse como feminicidio, el primero del Estado de México en llegar a la Suprema Corte de Justicia de México. Sororidad porque gracias a su lucha abrió paso a otras mujeres, madres, hermanas, tías que luchan por justicia ante casos similares.
Sororidad es Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín que tras ser víctima de feminicidio a manos de Jorge Luis González Hernández, no ha parado de luchar para que se haga justicia y que el caso de su hija y el de otras mujeres no quede impune. Además de que la revictimización por parte de los medios de comunicación hacia las víctimas pare.
Sororidad es Lydia Cacho, la periodista, feminista, escritora y activista de derechos humanos que ha visibilizado los múltiples casos de esclavitud y trata de mujeres en nuestro país.
Sororidad es el grupo feminista mexicano “Batallones Femeninos” que tras letras de rap aconsejan a las mujeres a romper con estereotipos y tipos de violencia cotidiana. Exponen sus letras en las calles, escuela y en cárceles femeniles.
Sororidad son el grupo de mujeres activistas que son invisibilizadas por el sistema, pero que a diario acompañan, enfrentan, aconsejan y se ponen ante la violencia machista. Sororidad somos todas sin saber o con plena consciencia. No significa que todas seamos amigas, significa que nos respetaremos en nuestros procesos individuales y que si algo le sucede a alguna mujer, amiga o no, estaremos ahí para apoyarnos.
No es un día de festejo
Es importante que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la sororidad nos tome la mano y no la soltemos. Recordemos que a más de un siglo (8 de marzo de 1875) se conmemora el asesinato de cientos de mujeres trabajadoras textiles de Nueva York, que tras marchar y manifestarse contra la desigualdad salarial fueron brutalmente asesinadas por policías. Es decir, no es un día para recibir flores y frases machistas, es día para repensarnos, deconstruirnos y seguir luchando desde, para y por la sororidad.
Si la violencia feminicida está conformada por pactos patriarcales, donde hay una invisibilización y aceptación de la violencia ¿por qué no reaccionar con autodefensa sororaria? Cuidarnos entre nosotras, apoyarnos, creernos, entendernos, no juzgarnos. Seguir luchando por nuestros derechos. Hoy no es día de festejo, es día de lucha visible, es de reconocimiento para aquellas mujeres que hoy no están con nosotras, por las que lucharon, por las que murieron sin ser reconocidas. Por aquellas que fueron asesinadas y que hasta la fecha siguen difuminadas por la corrupción e impunidad.
Ahora que hay más conciencia de lo que es sororidad y que se nombra para que exista, no la soltemos y hagamos de esta hermandad una manera de vivir libres, protegidas y triunfadoras ante la violencia.
Foto portada: Pixabay
- Periodista, activista por los derechos de las mujeres y grupos vulnerados. Feminista
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